La utilización de leches artificiales para lactantes es el mayor experimento a gran escala en especie alguna, con su incorporación se modificó la forma de alimentación de los niños y esto se realizó sin comprobaciones previas de las posibles consecuencias, que a lo largo de los años, ya hemos comprobado que han sido desastrosas.
Las mujeres hemos vivido una auténtica batalla interna entre el deseo y necesidad del contacto y el disfrute al criar y amamantar a nuestros bebés, y la imposibilidad de hacerlo por desinformación, por soledad, por sobrecarga, por exigencias externas o internas de tener que hacer una “vida normal”.
En este momento de la evolución humana, evolución espiritual, la sociedad occidental se mueve a considerar VALIOSOS los valores que hasta ahora habían sido considerados "inferiores". Entre los valores lamentablemente subestimados, se encontraba la lactancia materna, pero en este momento de la evolución humana, evolución espiritual, la sociedad occidental se mueve a considerar la crianza, el apego y la LACTANCIA MATERNA como espacios formativos y nutritivos.
Estos espacios son los que permiten reconciliar natura y cultura, emoción y razón logrando finalmente la verdadera revolución feminista. Con regocijo soy partícipe y testigo de esta maravilla.